• Abuela, qué se hace si estás desesperado?

    - Se cose mi niña. A mano, lentamente, disfrutando de cada ola creada con tus propios dedos.

  • - Coser hace que la desesperación se aleje?

    - No, tu cociendo la arreglas, la miras a la cara. Enfrentándola le das forma, la cruzas y vas más allá.

  • - Realmente es tan poderoso coser a mano?

    - Claro querida, la gente ya no cose y por eso está desesperada. Las costureras saben que con una aguja e hilo puedes enfrentar cualquier situación oscura, logrando crear unas maravillosas obras maestras.

  • Mientras mueves tus manos, es como si movieras tu alma creativa. Si te dejas llevar por el ritmo repetitivo del bordado, entras en un verdadero estado meditativo.

    Puedes llegar a otros mundos y el enredo de hilos
    emocionales dentro de ti se suaviza, sin hacer nada más.

  • - Qué se aprende cosiendo?

    - Al enfrentar cada punto, sin pensar en el siguiente. Se centra en el punto presente, en cada costura, que luego es lo que se nos escapa en la vida diaria.

    Estamos desesperados porque siempre pensamos en el futuro y asi, el bordado se vuelve desarmónico, confundido, poco cuidado.

  • - Si pero abuela... ¿las preocupaciones y miedos cómo se pueden ganar con la costura?

    - Niña mía, no tienes que ganarlas, sólo tienes que darle la bienvenida y comprenderlas.

    Cosiendo tomas la trama de tu vida con tus manos, tú eres la que crea el vestido adecuado para tí misma.

  • Cosiendo te conectas con ese hilo delgado que pertenece a toda la humanidad y sus misterios.

    Cosiendo te conviertes en una araña que teje su telaraña, contando silenciosamente al mundo todos los secretos de la vida

  • Trenzando los hilos, entrelazando tus pensamientos y tus emociones, te conectas a lo divino que está

    en ti.

FOTOBORDADO EN TEXTIL

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